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¿Les suena? Seguro que sí y si no, que suerte.
Hace tiempo que publiqué un artículo sobre ¿quién soy yo?, en el que decía que no somos diferentes, simple y sencillamente cada uno es quien es y punto. Pero eso no lo han entendido muchas personas por lo que todavía tenemos que sufrir la discriminación por ser “diferentes”. Si, duele que la sociedad te excluya cada que puede, pero es mucho peor cuando tu familia, tus amigos, tus compañeros de trabajo, lo hacen.
El título, es la frase que en varias ocasiones ha dicho una amiga.
Dice no tener nada contra ellos, los gays, lesbianas y todos los del mundo LGBTQ… pero cada vez que se presenta una ocasión, hace comentarios discriminatorios y me he preguntado, ella dice que me quiere mucho, como una de sus mejores amigas pero, ¿seguirá pensando igual si sabe que yo pertenezco a ese grupo o tipo de mujeres que tanto asco le dan, de las lesbianas? ¿Seguirá abrazándome cuando me encuentro triste?
Me la imagino con humo saliéndole de su cabeza tratando de asimilar “mi confesión” y pensando cómo es que debería tratarme desde ese momento en adelante. Seguramente ya no me contará sus aventuras con el novio, sus dudas sobre sexualidad porque no es lo mismo, es que yo no siento de la misma manera que ella… Al menos sé que no habría violencia de su parte, algo que no puedo decir que no ocurriera con mi familia.
Con ellos… Para que se den una idea les contaré lo que ocurrió hace unos meses.
Leí un artículo sobre que un padre mató a su esposa e hijo porque el chico le dijo que era gay y la madre lo defendió. A mí me pareció lo más horrible y pensé que a mi madre le sería lo mismo porque, estamos hablando de hijos, lo que se supone más aman los padres. Así que le pregunté y su respuesta me dejó atónita: “Es que no sé, lo que debió haber sentido en esos momentos el señor… fue muy duro. Que un hijo te diga eso…”
¡Lo justificaba!
En ese momento sentí una tristeza inmensa, tan profunda que me sentí sola (aún más) y si eso pensaba ella, lo que diría mi padre… Entonces más tarde, le pregunté a mi hermano lo mismo y me respondió: “Es que tu hijo ya no sería hombre y…” Así que piensa que si un chico es gay deja de ser hombre y una mujer se convierte en hombre si es lesbiana. ¿Cómo puede ser eso?
Pensé que los “más jóvenes” tendrían una visión más abierta pero veo que no.
Lo mismo pasa con otras amigas a las que aprecio, pero que ellas no pueden con la idea de que a mí no me gusten los hombres porque ¿Cómo no me va a gustar un pene? ¡Eso es inconcebible!
Algunas sólo lo intuyen y han dejado de salir conmigo, menos si sólo somos ellas y yo porque, podría hacerles algo. Y aquellas que lo saben… es parecido a lo del título. Evitan preguntarme cosas sobre mis sentimientos, mis gustos o si les cuento los omiten, los sacan de la conversación.
Y así como estoy yo, por desgracia muchos seres están igual, peor y mucho peor. Entonces, lo único que nos queda es luchar por salir adelante, por vivir con las personas que queramos y quieran estar en nuestras vidas, aun si eso significa tener que apartarnos de nuestra familia y de aquellos a los hemos adoptado como tal para poder tratar de ser felices.
Y a esos a los que dejaremos, intenten imaginar cómo sería ya no tenernos en sus vidas. Perder un buen amigo o amiga, un hijo e hija cariñoso o cariñosa, amable o rebelde o loco, pero a fin de cuentas, alguien a quien trajiste al mundo o a quien “por algo” decidiste incluir en tu vida.
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