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La Oveja en conjunto con otros animales de la granja, decidieron salir fuera de la rutina e ir a algún “bonito” lugar para comer. La elección –por recomendación- fue Asian Buffet Irapuato que tiene años de haberse establecido en la ciudad.
Pero tan sólo al entrar nos encontramos con un establecimiento sin una ventilación eficiente, para nada preparado para las altas temperaturas actuales. Pero bueno, lo omitimos y seguimos adelante. Nos asignaron mesa rápidamente y el mesero parecía muy eficiente.
Todo bien hasta ahí.
Luego, vamos por fin a tomar los platos para comer y ver qué había de menú. Con tristeza comprobé que para lo que cobran, no tienen –a mi parecer- suficiente variedad en platillos y lo peor es que no rellenaban rápidamente. Así que optamos por tomar algo de lo que había más. Antes de volver a la mesa llevaron pizza “nueva” y me apresuré a tomar algunas rebanadas que por “apariencia” no estaban mal y supuse estarían bien.
Las papás a la francesa estaban buenas aunque a alguna que otra les faltaba sal o estaba muy dura, (lo que me hizo preguntarme sino “guardarían” algunas…), las salchichas de plano no, sabían demasiado a dulce, ¿por qué?, quién sabe y la textura… Me parecieron de muy mala calidad, casi como si comiera plástico…
Y la pizza… corté un trozo y al examinarla no me dio buena espina, la masa era extremadamente blanca. Me pareció estaba cruda pero aun así me decidí a probarla y… ¡Nada más horrible! ¡Un insulto a las pizzas! La masa era insípida pero lo que sabía mal era el queso, como si estuviera echado a perder y lo usaron para preparar la comida de todas formas. Ya ni siquiera las pizzerías donde te ofrecen rebanadas (y más grandes) por $12, $15 o $18 te dan cosas así. (Al menos las que hemos probado).
Las bebidas tampoco fueron buenas. Nos dieron a escoger entre agua de sabor, té helado y refrescos. Por lo general cuando ofrecen agua es natural o si no, te lo especifican pero el mesero no y dimos por hecho que sería de fruta natural. Pero la sorpresa también fue que nos llevaron alguna mezcla artificial de sabor, cuyo color parecía al que habíamos pedido pero su sabor era extraño. Y cambiar a té helado tampoco fue lo mejor, el primero si pero el siguiente estaba exageradamente dulce y refresco fue lo más viable.
A quienes acompañaron a la oveja, encontraron que algunos de los panecillos ofrecidos estaban crudos, fresas echadas a perder y ofrecidas en el buffet descaradamente. Lo peor, fue el pescado con champiñones que tampoco servía…
Lo rescatable, las papas a la francesa, los camarones, el arroz, el caldo. Fruta como toronja, guayaba, sandia. También la gelatina, flan (aunque muy aguado) y pastel.
Y algo muy desagradable que vivimos, fue que cuando aún no terminábamos el postre, el mesero llegó con sus dulces de menta. Que indirecta tan más directa, ¡váyanse ya pero déjenme propina! Su atención había sido buena, pero con ese detalle ya no tanto, aunque de todas formas, le dejamos propina.
Definitivamente, la oveja no volverá a este lugar.
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